El ex párroco de Selva niega los abusos
"Como sacerdote, juro que digo la verdad"
El expárroco de Selva acusado de abuso sexual a una niña de 12 años ha asegurado al concluir el juicio que "no había oído tantas mentiras" en su vida y ha apelado a su condición de religioso para proclamar su inocencia: "Como sacerdote, juro que digo la verdad".
En su turno de última palabra ante el tribunal de la sección primera de la Audiencia Provincial de Palma, el acusado ha insistido que, si los hechos por lo que se le acusa fuesen ciertos, "con el corazón en la mano bajaría la cabeza y asumiría esta debilidad".
El sacerdote, de 74 años, ha insistido en que la única vez que tocó a la niña fue cuando el padre la trajo a su casa y para saludarla le dio un beso, y ha reiterado que la menor no durmió en su cama, sino en la habitación con dos camas de la asistenta.
Además, ha insistido en que el padre de la menor le pidió 60.000 euros, algo "tan cierto como que no hay sol en este momento", y ha indicado que, después de las "amenazas", la pareja del hombre le dijo a su asistenta: "Mi marido está loco".
Según la Fiscalía, los hechos que se juzgan ocurrieron en febrero de 2015, en el domicilio del sacerdote jubilado en Calonge, en el municipio de Santanyí, cuando la menor, que tenía miedo de dormir sola, se acostó en la cama de él, y el acusado, con intención de satisfacer sus deseos sexuales, empezó a tocar el abdomen de la menor, bajando hasta la cadera y la ingle, momento en el que la niña, al sentirse incómoda, le propinó un codazo.
Lo mismo ocurrió dos veces, por lo que el ministerio público pide que el exsacerdote sea condenado a 3 años de prisión y 5 de libertad vigilada por presunto abuso sexual.