Política

El Parlament activa el mecanismo para la posible suspensión de Le Senne

El Parlament debatirá el próximo jueves la posible suspensión de su presidente, Gabriel Le Senne, tras ser confirmado como investigado por un presunto delito de odio, de acuerdo con el reglamento que permite esta medida tras la apertura de juicio oral. La decisión final, que requiere la mayoría absoluta de la Cámara en Pleno, dependerá del apoyo del PP, ya que los grupos de la izquierda no suman suficientes votos.

Europa Press

Illes Balears |

Gabriel Le Senne, presidente del Parlament y diputado de Vox
Gabriel Le Senne, presidente del Parlament y diputado de Vox | Martí Rodríguez

El Parlament activará el próximo jueves el mecanismo para debatir la posible suspensión de su presidente, Gabriel Le Senne, después de que se confirmara que será juzgado por la Audiencia Provincial de Palma como supuesto autor de un delito de odio.

La Comisión del Estatuto del Diputado, que se ha reunido este miércoles para fijar el orden del día de su próxima sesión, lo volverá a hacer el próximo jueves (09.00 horas) para abordar la posible suspensión de Le Senne de sus derechos y deberes como diputado.

En este primer trámite, los diputados deberán debatir y elaborar un informe en el que dictaminen si consideran que la suspensión del presidente de la Cámara autonómica se ajusta o no al reglamento.

El artículo nueve de la normativa parlamentaria establece que un diputado podrá ser suspendido una vez se haya dictado la apertura de un juicio oral en su contra.

Si el informe es favorable, se deberá debatir si se eleva esta cuestión a pleno, para lo que se necesitaría una mayoría que no tienen los grupos de la izquierda por sí solos. Serían imprescindibles los votos del PP, que todavía no ha aclaro su postura, dado que Vox ya ha adelantado su rechazo.

De recibir el primer visto bueno, el debate sobre la suspensión de Le Senne se abordaría en una sesión plenaria, donde necesitaría de nuevo de una mayoría absoluta.

En el caso de que esta vía no prospere, los grupos parlamentarios de la izquierda ya han adelantado su intención de optar por la remoción, un mecanismo que requiere del consenso de tres quintas partes de la Cámara y que ya fracasó el pasado septiembre.