El presidente de la Asociación de Personas con Lesión Medular y otras Discapacidades Físicas (Aspaym) de Baleares, Alessandro Marinelli, ha presentado un nuevo sello de calidad con el que se quiere reivindicar el turismo inclusivo en las Islas. Durante una rueda de prensa ofrecida este viernes, Marinelli ha defendido que el objetivo de la Asociación es hacer que las personas con discapacidad física puedan viajar en igualdad de condiciones y que no quieren "accesibilidad exclusiva, sino inclusiva".
El nuevo sello de calidad ofrece un barómetro con el que se puede medir el grado de accesibilidad para el colectivo, que hasta ahora era "blanco o negro" y no valoraba todos los condicionantes. Ahora, si un establecimiento o sitio público quiere conocer su grado de inclusividad, se puede poner en contacto con la Asociación, que realizará un peritaje teniendo en cuenta desde barreras físicas hasta sonoras o visuales.
Al terminar el barómetro, se cataloga el sitio en cuestión en base a "usable, bueno o excelente", lo que permite a los interesados implementar las reformas necesarias para mejorar la marca. En este sentido, Marinelli ha explicado que "la accesibilidad universal no es más cara" y que, cuando se acometen las mejoras necesarias, se debe tener en cuenta también una cuestión estética.
Por otro lado, también se ha presentado la nueva página web que se ha puesto en marcha desde la entidad para guiar a las personas del colectivo a la hora de planificar su viaje en Baleares.
El sitio web cuenta con varios apartados, entre ellos uno de noticias, de excursiones por las cuatro islas, experiencias de otros usuarios, playas accesibles para todos, alojamientos, restaurantes, transporte, productos de apoyo y hospitales. El apartado que más quieren trabajar es el de alojamientos, mientras que el de hospitales es el que más interesa a la población alemana y el de apoyo se relaciona con todas las necesidades que van "más allá del nivel legislativo".
Desde Aspaym estiman que para 2050 el 30 por ciento de la población europea será mayor de 65 años y que, por tanto, necesitará de una accesibilidad más inclusiva. Además, la población a nivel europeo con discapacidad física entre los 18 y los 65 años era de 156 millones en 2021, fecha del último dato que se conoce.
Por ello, Marinelli ha considerado que pese a que su meta es viajar en igualdad de condiciones, al beneficiar al colectivo se beneficia "a todo el mundo". En esta línea, ha argumentado que la principal barrera con la que se encuentran es el desconocimiento a la hora de aplicar la accesibilidad universal e implementar el turismo inclusivo. Por ejemplo, lo observa en las playas sobre "cómo se debe montar bien las plataformas de madera" o en las sillas anfibias que tienen poca "durabilidad". También ha apuntado que cuando se hace uso de una grúa de transferencia, se necesita "el personal necesario".
De esta manera, si "en vez de una hay dos personas, se podrían evitar bajas laborales por problemas de espalda, por ejemplo". Lo mismo sucede con los puntos de atención para personas del colectivo en las playas, que "son pocos". Asimismo, ha señalado que la zona turística de Cala Millor es un buen ejemplo de inclusividad, ya que "se corrió la voz y ahora tienen de media al día entre 60 y 80 personas con silla de ruedas" vacacionando ahí.
