Mutismo en la familia de la presunta parricida gallega juzgada en Palma
La mujer fijó su residencia en Menorca en marzo de ese año con su nuevo compañero sentimental, Víctor, y a partir de ese momento su contacto fue mínimo, con familiares y amigos, hasta el punto de que sus única vía de comunicación pasó a ser internet.
ondacero.es
Baleares | 24.10.2012 00:00
María y Víctor, los padres de Mónica Juanatey Fernández, la joven gallega que en 2008 habría acabado con la vida de su hijo de 9 años, César, hecho por el que está siendo juzgada en la Audiencia de Palma, mantienen el mismo hermetismo y sigilo que cuando se conoció el presunto parricidio.
"Ni una palabra", explican a Efe allegados de este matrimonio, que añaden que el mutismo llega a tal punto que ni siquiera los más cercanos conocen si están siguiendo el sumario.
"No han tenido contacto con su hija en todo este tiempo", explicitan.
"Es fácil imaginar la situación en la que se encuentran (los padres), después de lo que han pasado", puntualizan, y recuerdan que la pareja había contado en 2008 a su círculo más próximo que Mónica los había amenazado en más de una ocasión con que no volverían a ver a su nieto.
La mujer fijó su residencia en Menorca en marzo de ese año con su nuevo compañero sentimental, Víctor, y a partir de ese momento su contacto fue mínimo, con familiares y amigos, hasta el punto de que sus única vía de comunicación pasó a ser internet.
María, su madre, antes de la desaparición de César, solo consiguió hablar con ella una vez para contarle que su abuela había fallecido, han detallado a Efe familiares de Mónica Juanatey.
César viajó a Menorca el 1 de julio de 2008 y los investigadores del caso estiman que murió solamente diez días después, al haber sido ahogado en una bañera e introducido a continuación en una maleta roja abandonada en una zona boscosa, en Binidalí, y recuperada dos años y medio más tarde, al dar con ella dos hermanos que iban a recoger leña.
Dentro de este bulto, un esqueleto, un cómic, el número 28 de 'Naruto' -en España, las peripecias de este púber guerrero las publica Ediciones Glénat, un sello que confirmó que el ejemplar no pudo ser vendido antes del año 2007- y un estuche escolar con la inscripción del nombre 'César' (con la "a" ilegible) e iniciales de los apellidos del pequeño.
Estos datos guiaron las pesquisas policiales, hasta descubrir que el DNI del niño había caducado dos años antes. Agentes adscritos al Grupo de Homicidios introdujeron en las bases operativas que se emplean para estos casos la edad aproximada, con el objetivo de comprobar si existía alguna denuncia de un menor desaparecido, tanto en España como en el extranjero.
El enigma acabó resolviéndolo el SAF (Servicio de Atención a la Familia) de la Comisaría de Vigo: un menor natural de Noia, que no tenía renovado el DNI y había estado escolarizado en este pueblo costero desde 2002 a 2008, en el Colegio Felipe de Castro.
Ahí se produjo la llamada a María y Víctor, los abuelos maternos, que, según contaron a Efe fuentes próximas a la familia, detallaron que el niño estaba con su madre en Menorca.
En la comunicación con la madre, Mónica, indicaron a Efe fuentes próximas al caso, la respuesta fue que estaba con sus abuelos en Galicia. Ahí empezaron las alarmas.
Por la red social Facebook, Mónica contaba cómo supuestamente ella y su crío estaban pasando el verano de 2008, cuando, al parecer, el niño ya había fallecido.
"Yo ando bastante liada preparando nuestras cosas para irnos a Mallorca. Cuando esté allí ya mandaré fotos de los dos", "César está acudiendo a clases de verano, y así me ahorro un poco la pasta de la canguro. Nos vamos para la semana", "El niño está bien, aprendiendo catalán para que no coja mal el curso", son algunas de las entradas.
En noviembre de 2008, otro 'post' anunciando que habría hecho la Primera Comunión y, al siguiente invierno, el de 2009, según pudo saber Efe, a su casa de Noia habría llegado, a través de una prima de Mónica, una foto del niño riéndose. Al parecer, la imagen era antigua, pero tal y como estaba sacada no se notaba.
Mónica Juanatey contrajo matrimonio con un hombre de Barcelona que conoció cuando todavía convivía con su pareja en la isla balear. No solo es su cónyuge, sino el único apoyo que ha tenido en la cárcel desde la que ha esperado el juicio, al no contar con el respaldo de su familia gallega, explican a Efe fuentes cercanas a sus parientes en Noia (A Coruña).