La declaración más esperada del año

La justicia espera a Urdangarin al final de un pasillo de flashes

Iñaki Urdangarin se enfrenta el sábado en Palma al amargo trago de ser el primer miembro de la familia real que responde ante la Justicia por presunta corrupción y además tendrá que someterse al escrutinio de cientos de periodistas ávidos de captar hasta el más nimio detalle de su paso por los juzgados.

ondacero.es

Baleares | 23.02.2012 00:00

Iñaki Urdangarin se enfrenta el sábado en Palma al amargo trago de ser el primer miembro de la familia real que responde ante la Justicia por presunta corrupción y además tendrá que someterse al escrutinio de cientos de periodistas ávidos de captar hasta el más nimio detalle de su paso por los juzgados.

Si, como ha dicho su abogado, Mario Pascual Vives, el duque de Palma ya ha sido condenado por la profusión de informaciones y opiniones sobre sus negocios con instituciones públicas a través del Instituto Nóos, el pasillo de flashes que habrá de atravesar antes de explicarse ante el instructor del caso Palma Arena, José Castro, es parte del castigo social que lamenta su defensor.

Hasta el momento, unos 60 medios de comunicación han acreditado a redactores, reporteros gráficos y técnicos para seguir la llegada y salida de los juzgados del marido de la infanta Cristina, que entrará por la puerta de atrás puesto que en sábado el edificio judicial sólo está abierto en funciones de guardia.

La diferencia entre que Urdangarin baje a pie la cuesta que conduce a los juzgados o se haga con él una excepción amparada en criterios de seguridad y descienda en coche son unos cuantos metros, pero para la exposición pública del imputado y para el trabajo de los periodistas que le esperarán dista un abismo entre una posibilidad y otra.

Hasta hoy, prevalece el criterio del juez instructor y del juez decano de la capital balear de que el duque reciba el mismo trato que cualquier otro imputado y camine 30 metros bajo la atenta observación de los cerca de 150 informadores que aguardarán en el recinto del aparcamiento judicial, pero los responsables del dispositivo de seguridad tendrán la última palabra.

Se espera una presencia policial sin precedentes en una comparecencia judicial, aunque son pocos los detalles del operativo que han trascendido.

La calle Parellades, trasera del edificio de los juzgados, estará cortada al tráfico rodado y al paso de viandantes no acreditados, lo que mantendrá fuera de la "zona cero" a los jóvenes nacionalistas convocados a manifestarse por la asociación independentista Maulets, que no ha querido dejar pasar la ocasión de hacerse notar.

En esa calle, justo frente a la famosa cuesta, se levanta un edificio de viviendas con balcones que ofrecen una privilegiada perspectiva sobre el acceso a los juzgados, cinco miradores de los que tres estarán reservados el sábado para otras tantas cadenas de televisión que quieren ofrecer a sus espectadores todos los detalles del "purgatorio" de Urdangarin.

En los mentideros periodísticos mallorquines, en los que la comparecencia del duque de Palma ante el juez es el asunto central desde hace semanas, circulaban "tarifas" de entre 1.000 y 1.500 euros por el alquiler de un balcón, una recompensa inesperada para quienes tienen la fortuna de vivir junto al epicentro de la noticia del momento.

El servicio de comunicación del Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJB) ha acreditado a 60 medios entre los que hay desde las principales agencias internacionales a todos los canales de televisión del país, junto a varios extranjeros como CNN y Al Jazeera y todos los medios de información "rosa" de España.

Aunque el TSJB ha eludido precisar el número de periodistas acreditados porque cuenta con que muchos medios se han curado en salud pidiendo acceso para más informadores de los que en realidad enviarán, un cálculo prudente arroja una cifra de 350 personas

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