A lo largo de los casi 15 kilómetros de la carretera trabajan siete operarios de la empresa concesionaria de conservación de la zona, más 14 contratados de forma extraordinaria, 12 profesionales de las tres empresas de tala y retirada de árboles -Bajoket, Treballs del Bosc y Aserradero Can Just-. Además, 12 voluntarios de Protección Civi llevan a cabo labores de vigilancia.
Según el director insular de Carreteras, Rafael Gelabert, se retirarán entre 350 y 400 pinos quemados del entorno de la carretera para garantizar la seguridad de la misma y la previsión es que la carretera se abra a final de semana, aunque continúen las tareas de limpieza de los laterales de la carretera, así como la reparación de las barreras de seguridad que también resultaron dañadas con el incendio.
Posteriormente, se llevará a cabo la instalación de las mallas metálicas en los taludes, que frenarán los pequeños desprendimientos. Cabe destacar que el Consell calcula que será necesaria una inversión de 600.000 euros para reparar todos los daños que produjo el incendio.