Según han recordado desde el Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJIB), los hechos ocurrieron en mayo de 2011, cuando tuvo lugar en la zona de Morna, perteneciente al municipio de San Joan de Labritja, uno de los incendios forestales más graves ocurridos en la isla ya que se llegaron a quemar 1.576 hectáreas, en su mayor parte catalogadas como área natural de especial protección. El fuego provocó que se desalojaran entre 80 y 100 domicilios de la zona.
En el momento de iniciarse el fuego, el acusado realizaba su actividad como apicultor. Concretamente, prendió fuego a un ahumador, lo cerró e insufló humo hacia la colmena de abejas durante diez minutos. Tras acabar, estuvo observando la colmena durante otros diez minutos, tras lo cual se fue a su casa llevándose consigo el ahumador, según consta en los hechos probados.
La sentencia ha considerado que, por su actuación, no puede imputársele una imprudencia grave, la cual requiere la omisión de "las más elementales reglas de cautela o diligencia exigibles en la realización de su actividad".
Contra la sentencia, según el TSJIB, cabe recurso ante el Tribunal Supremo.