La llegada del verano ya no supone un alivio para Cáritas Diocesana de Ibiza, sino todo lo contrario. En declaraciones al programa Más de uno Ibiza y Formentera de Onda Cero, el delegado episcopal de la organización, Pedro Miguel Ramírez, ha señalado que la presión asistencial se ha disparado en este período. “Tradicionalmente, en verano se notaba un descenso porque muchas personas encontraban trabajo y entraba dinero en casa pero a día de hoy la situación ha cambiado radicalmente ya que estamos atendiendo entre 50 y 60 familias cada semana cuando antes no pasábamos de 20 o 30”.
Ramírez ha achacado este aumento no solo a la precariedad laboral, sino especialmente a la crisis de la vivienda en la isla. “Cada vez llegan más personas con la intención de trabajar, pero se encuentran con la imposibilidad de acceder a un alojamiento digno y muchos acaban viviendo en condiciones indignas o directamente en la calle y eso es muy duro porque detrás de cada número hay familias enteras que llegan con esperanza y se enfrentan a una realidad que no se esperan”.
En medio de este contexto, Cáritas acaba de inaugurar su nueva nave en Can Pep Xico, cerca del Parque Insular de Bomberos y próxima a la discoteca Amnesia. Se trata de una infraestructura que ha contado con una inversión de unos tres millones de euros que, según explicó Ramírez, “representa un punto de inflexión” para la entidad después de que comenzara hace más de veinte años “gracias a la iniciativa de José Riera, un empresario que soñó con este espacio”.
La nueva sede funcionará como centro logístico y administrativo, y albergará tanto el almacén de alimentos como las instalaciones para el reciclaje y gestión de ropa, actividad clave en los programas de reinserción laboral de Cáritas. “Queremos que sea nuestro centro neurálgico, desde donde organizaremos gran parte de la actividad en la isla pero que quede claro que la sede de la calle Felipe II seguirá funcionando con normalidad”, ha concluido el delegado episcopal de la organización.