REAL OVIEDO

Activado el modo ilusión

El Real Oviedo y su afición pasa la página de la derrota en Anduva y pone todos sus esfuerzos en el partido del próximo sábado en el que una victoria devolvería a los carbayones a Primera División 24 años después.

Chisco García

Oviedo |

La cuenta atrás ha comenzado. El Real Oviedo afrontará el sábado la vuelta del playoff de ascenso a Primera División frente al Mirandés con la mirada puesta en un único objetivo: regresar a la élite del fútbol español. Tras el 1-0 de la ida, todo se decidirá en un Carlos Tartiere que promete rugir como nunca. El ambiente será el de las grandes citas y el equipo lo sabe.

Veljko Paunovic, entrenador del conjunto carbayón, se mostró contundente al término del encuentro de ayer: “Que nadie tenga duda de que vamos a morir por nuestra afición. Sabemos que el Tartiere rugirá, serán un jugador más y nos darán el empuje que necesitamos para lograr el ascenso”. Un mensaje directo a una ciudad que sueña con volver a la máxima categoría tras más de dos décadas de espera.

El técnico también recordó momentos clave de la historia reciente del club para poner en perspectiva lo que está en juego: “Cuando descendimos, empatamos con el Madrid en la penúltima jornada y fuimos derrotados en Mallorca. Eso no puede pasar. Tenemos que ganar y lo vamos a conseguir. La ciudad tiene que estar volcada”.

Pese a las dificultades del primer duelo, Paunovic insiste en que la eliminatoria sigue abierta: “Somos capaces de ganar ese partido, tenemos una forma de jugar que nos ha traído hasta aquí y supimos sobreponernos a las adversidades. Esto es una adversidad más”.

El técnico serbio cerró su intervención con una declaración de fe absoluta en sus jugadores y en la fuerza del Tartiere: “Es una eliminatoria de 180 minutos y solo hay que ganar el siguiente partido. Si lo hacemos, esto de hoy se olvidará”.

El Oviedo ya prepara el encuentro con cinco días de trabajo por delante. La ciudad se moviliza, las entradas vuelan y la ilusión se respira en cada rincón. El sueño del ascenso está a 90 minutos, y el Tartiere quiere ser testigo de una noche que quede grabada para siempre en la memoria azul.