Isabel Menéndez Benavente alerta de los riesgos físicos y emocionales para los niños cuando reciben un teléfono inteligente antes de tiempo. Porque no se trata de estar desconectados para que los padres, por ejemplo, puedan hablar con ellos o saber dónde están. Es la conexión a internet o las redes sociales lo que puede "matar al cerebro". Cuando el cerebro no está maduro es un problema.
Es una batalla dura, difícil, pero que los padres y madres pueden pelear si quieren. Ser diferente, el único que no tiene smartphone, no tiene que ser malo. Y los beneficios que tendría son de sobra conocidos y estudiados, dice la psicóloga de familia. Porque las pantallas "devoran" a nuestros hijos.
Isabel entiende que no se puedan poner puertas al campo, pero sí cercos. Advertir de los riesgos, enseñar a realizar un buen uso, impedir que tengan acceso todo el día (sobre todo por la noche). Porque es complicado cambiar las cosas y que el entorno funcione igual que nosotros. Si hace falta, recomienda ejercer la autoridad como padres. Con argumentos, pero con un NO claro.