Miguel Barrero llega con intención de mantener la esencia del festival. Se harán cambios, como se hicieron siempre, pero de forma pausada y sin que se noten, dice. La filosofía seguirá siendo la misma. Aunar cultura con diversión y placer. De ahí que los escritores y los libros compartan escenario con la noria, la música o los churros. Un modelo que ha sido copiado en otros rincones del mundo.
Entre los 230 autores confirmados muchos son de sobra conocidos. Otros no tanto. Barrero recomienda ir con la menta abierta. Picotear por las 4 carpas y descubrir cosas. También estar dispuesto a escuchar cosas con las que no estés de acuerdo. Porque es un espacio de debate. También entre ideas diferentes. Todo tiene cabida en la semana negra siempre que se respeten los derechos humanos, dice Barrero. Esa es la línea roja.
Esta edición se celebra en los terrenos de Naval Gijón. La próxima también. A partir de entonces aún debe negociarse con el Ayuntamiento porque habrá que mudarse de nuevo. A la organización les gusta la ubicación de Marina Civil. Creen que reúne todas las condiciones.