La máxima distinción, la medalla de oro, recae en el centro de educación de personas adultas. Lleva 40 años desarrollando una "tarea imprescindible para una ciudad que se considera educadora" y esforzándose para reducir brechas. Es el máximo exponente del "aprendizaje continuado". Su directora, Julia García, agradece que se premie el trabajo que cada curso hacen con 3.000 alumnos.
Medallas de plata se entregan tres.
La fundación ALPE acondroplasia lleva 22 años luchando por la plena inclusión y reducir desigualdades. Aunque su raíz está en Gijón ha extendido sus redes a varios continentes. Su directora, Carmen Alonso, cree que el premio les da una mayor visibilidad.
La compañía de teatro Quiquilimón se despide este año de los escenarios tras una dilatada carrera en la que han tocado todos los palos. Se destaca su labor para revitalizar el antroxu o defender las artes escénicas. Chus Casado, uno de sus fundadores, recuerda que empezaron casi de broma pero con sus más de 40 producciones llevadas a escena han buscado una reacción por parte del público.
La funcionaria Felisa Soria ve reconocida su larga carrera en el Ayuntamiento. Fue una de las impulsoras de la Universidad Popular y estuvo al frente de la oficina de igualdad. Han sido muchos años y mucho trabajo, dice la empleada municipal que se jubilará en breve.
Las medallas de la villa son el máximo reconocimiento que se hace desde el Ayuntamiento. La alcaldesa, Ana González, afirma que se trata de "un día muy especial" porque demuestran el orgullo que tienen hacia personas y entidades que "personifican los valores más importantes de convivencia". Los galardonados este año representan lo mejor de Gijón y permiten, en cierto modo, que todos los ciudadanos se sientan reconocidos.
Las medallas se entregarán el día de San Pedro, 29 de junio, en el teatro Jovellanos.