El puente Las Pilas fue siempre paso vital para el paso de personas, ganados y mercancías de los pueblos de ambas orillas del río Gallego y su existencia de remonta al menos al siglo XVI.
Es por su historia, su importancia desde siglos para las comunicaciones de la zona, su trazado medieval y carácter colgante, uno de los puentes más singulares de nuestro pirineo. “Por todo ello y por el esfuerzo que a nuestros vecinos siempre costó mantenerlo, en Senegüé, Sorripas y Larrede le tenemos un cariño especial y es lo que nos ha motivado de nuevo a sumar esfuerzos y hacer esta jornada de trabajo, ya que la vegetación del río y la falta de un mínimo mantenimiento empezaba a ocultarlo”, explica Toño Pardo, presidente de la asociación vecinal.