COMEDORES ESCOLARES

Cocina propia: un criterio de peso para elegir colegio

Cuatro colegios públicos del barrio de Las Fuentes han llevado a cabo una cacerolada para reclamar cocina propia y erradicar el catering de línea fría de los comedores de los colegios. En el Día Internacional de la Alimentación Escolar los colegios sin cocina exigen a la DGA un compromiso con la alimentación de calidad para los escolares.

José Antonio Alaya

Zaragoza | 09.03.2023 14:31

No hay grandes diferencias en cuanto a las descripciones de los menús que miles de escolares zaragozanos tienen a diario en los comedores escolares: tortillas secas y sin sabor, misteriosas pastas de pescado de origen desconocido con un 50 por ciento de contenido en pescado y otro 50 por ciento en almidones u otros aditivos artificiales. La carne tampoco se suele comer en filetes porque también son procesados con algo de carne en su composición. Y con el pretexto de que los niños se la comen mejor, la verdura se sirve en cremas o purés que tampoco generan la confianza de los progenitores.

A la baja calidad de los alimentos se suman los procesos de elaboración. Muchas empresas de catering tienen sus cocinas a cientos de kilómetros (por ejemplo, Málaga). Se elabora, llega a Zaragoza, se refrigera, y se sirve hasta dos semanas después, en un proceso de regeneración de los alimentos que deteriora el sabor y la textura, señala una madre del Colegio Valdespartera que, además, es inspectora de calidad sanitaria. El Departamento de Educación se comprometió a construir la cocina para este centro, pero las familias siguen esperando. Además, Padres y madres recuerdan que hay estudios que demuestran la alta relación entre la obesidad infantil y la mala alimentación escolar.

En Las Fuentes, familias de cuatro colegios próximos han protagonizado una cacerolada para pedir soluciones a la administración. La presidenta del AMPA del Colegio Las Fuentes, Pilar Benito, pide que, al menos se haga una cocina en uno de estos cuatro centros escolares y pueda dar servicio a los otros tres. Mejor es la experiencia del director del Colegio Agustina de Aragón, Horacio Tabernero, quien resalta el gran cambio que supuso en el centro tener su propia cocina y dejar la línea fría. Cuenta que los niños comen verduras enteras. El menú cuenta cada día con alimentos frescos de proximidad, e incluso están llevando a cabo iniciativas para educar en la alimentación a alumnos y familias.