El de Tronchón no es un caso aislado en la provincia, donde muchos pueblos de la denominada España Vaciada han conseguido hacer de la necesidad virtud para mantener el virus a raya. Su alcalde, Roberto Rabaza, considera que las claves del éxito hay que buscarlas, no solo en la responsabilidad de sus vecinos, sino sobre todo, en la escasa movilidad de una población eminentemente envejecida.
La apertura de las provincias aragonesas tampoco se ve como una amenaza en esta zona, donde existen más lazos familiares y sociales con la Comunidad Valenciana que con el norte de Aragón.
Al igual que Tronchón, otros municipios cercanos como Villarluengo y Pitarque también han permanecido libres de covid en estos doce meses de pandemia. No ha ocurrido lo mismo en la localidad castellonense de Olocau del Rey, situada a escasos kilómetros, donde ya han sufrido las consecuencias de las tres oleadas registradas en la provincia vecina.