La consejera de Movilidad, Natalia Chueca, explica que, en el caso del tranvía, se van a incrementar los inspectores y se utilizará el sistema de cámaras para cerrar las puertas cuando se superen los límites permitidos. Generar confianza para que los zaragozanos vuelvan a usar el transporte público es uno de los objetivos prioritarios del consistorio para minimizar el gran agujero económico que conllevará el descenso del 70% de viajeros.
El alcalde, Jorge Azcón, insiste en que el Estado debe lanzar un plan dotado con 1.000 millones para ayudar a las grandes ciudades en su gestión del transporte. Cree que el problema se ve agravado por la crisis sanitaria, pero recuerda que también existe en periodos normales, ya que es imposible cumplir la previsión de viajeros que estableció el PSOE cuando puso en marcha el tranvía.