Las medidas sanitarias, los límites horarios o el miedo al contagio mantienen al mundo de la cultura contra las cuerdas. El músico y mago, Pepín Banzo, que gestiona El Sótano Mágico, reconoce que está siendo muy duro seguir adelante.
Los espectáculos de magia ya no pueden jugar con la participación del público porque, por ejemplo, ya no pueden pedir a un espectador que saque una carta.
Además de los artistas, los profesionales del montaje técnico de eventos recuerdan que, aunque de ellos se habla menos, hay empresas que acumulan caídas de facturación del 90%.