Por suerte para ellos, nadie pregunta en la entrada de una piscina pública o en la recepción de un balneario, si se es portador del VIH. Sin embargo, la legislación aragonesa establece numerosas limitaciones de acceso a algunas profesiones y servicios a los seropositivos sin tener en cuenta que, actualmente, una persona en tratamiento, sin carga viral detectable, no puede transmitir la infección a otras personas
En Aragón, alguien con VIH no puede ser policía local, bombero o taxista. Tampoco pueden acceder a una piscina, un balneario o una residencia de estudiantes. Estas limitaciones se deben a una legislación que, según el portavoz de OMSIDA, Juan Ramón Barrios, se ha quedado obsoleta y mantiene limitaciones que sí eran razonables en los años 90, pero ya no hoy en día.
Además, se dan algunas contradicciones, puesto que desde 2018 existe un pacto social a nivel nacional que erradica esas limitaciones. De manera que, una persona con VIH sí puede ser Policía Nacional o Guardia Civil, pero no Policía Local en cualquier municipio de Aragón. Desde OMSIDA piden que se retome el grupo de trabajo constituido hace tres años para derogar toda normativa que implique la estigmatización o discriminación de estas personas.