Añón de Moncayo, Vera del Moncayo, Alcalá del Moncayo, Ambel, Bulbuente, Trasmoz y Talamantes, la Urbanización 'Cumbres del Moncayo' y el Santuario de la Misericordia, en Borja han sido los núcleos que tuvieron que ser desalojados ante el incendio que se originó el sábado por la tarde en el entorno de Añón de Moncayo.
José Mª Vijuesca, alcalde de Añón de Moncayo, recuerda cómo los vecinos estuvieron trabajando para evitar que las llamas entraran en el municipio y aún así, penetró en una barriada. Vijuesca asegura que ahora es momento de “volver al pueblo, buscar la normalidad, evaluar los daños y esperar” a ver qué ayudas y colaboraciones se ofrecen desde las distintas administraciones.
Los vecinos del Santuario de la Misericordia están esperando a volver a sus casas. El alcalde de Borja, Eduardo Arilla, tiene sentimientos encontrados. Por un lado, pesimista por todo lo que se ha perdido, una masa forestal que suponía una gran riqueza que habían dejado los antepasados y que suponía el pulmón de Borja, además de haberse perdido el Calvario. Y, por otro, un sentimiento de satisfacción por todo el trabajo que han realizado los más de 200 voluntarios de la localidad acogiendo y ayudando a los vecinos de otras localidades que acudieron al pabellón de Borja.
Al trabajo de los 350 efectivos del Gobierno de Aragón, al UME, la Diputación de Zaragoza, bomberos de Zaragoza y también efectivos de otras comunidades como Castilla La Mancha y Navarra, se sumó el de vecinos, agricultores y ganaderos de la zona. Alberto Sanz es agricultor de El Buste y explica cómo realizaron cortafuegos con los tractores para que las llamas no entraran en los pueblos. Además acompañaron a los bomberos por los caminos, una labor que han agradecido desde la UME y desde Protección Civil pero no desde la delegación del Gobierno. Sanz lamenta también la situación en la que se encuentra el monte y los pocos apoyos a laboras como la que realiza la ganadería extensiva.
Momentos complicados los que se han vivido en la comarca de Tarazona y el Moncayo y Campo de Borja en estos tres días. Luis Zueco gestiona el Castillo de Bulbuente, y recuerda cómo vivieron el momento del desalojo y también la vuelta a casa. Incertidumbre e impotencia por no poder hacer nada son los sentimientos que primero acuden a la mente. Ahora es momento de intentar recuperar la normalidad.