HOSPITALES ARAGONESES

El miedo al Covid y los catarros que se alargan siguen colapsando las urgencias

Desde la Sociedad Aragonesa de Medicina de Familia, ven necesario aumentar las plantillas, pero también educar a la población en los autocuidados e impedir que acudan a urgencias con patologías que no requieren de esa asistencia.

Redacción

Zaragoza | 09.01.2023 13:34

Los UCI pediátricas del Miguel Servet están saturadas
Los UCI pediátricas del Miguel Servet están saturadas | Pixabay

La semana arranca con problemas en los servicios de urgencias de los hospitales, que siguen colapsados por las demoras en los centros de salud y por el aumento de la incidencia de la gripe o de los virus sincitiales. Algunos pacientes acuden con patologías que no son urgentes, preocupados porque arrastran catarros que no acaban de curar y que temen que deriven en otras patologías como la neumonía.

El vicepresidente de la Sociedad Aragonesa de Medicina de Familia, Luis Miguel García, cree que los ciudadanos han recuperado el temor al Covid. Reconoce que solucionar el colapso es complicado, ya que además de aumentar plantillas en lo posible, es necesario educar a la población en los autocuidados.

García reconoce que también están tensionados los puntos de atención continuada que atienden urgencias en centros de salud urbanos o del medio rural. Por ejemplo, el sábado en el PAC del Centro de Salud Actur Oeste de Zaragoza se atendió a 250 pacientes con solo tres médicos disponibles.

El PP acusa al Gobierno autonómico de llevar mes y medio "de brazos cruzados"

El Partido Popular reclama al Gobierno autonómico que reabra todos los Puntos de Atención Continuada de los centros de salud y el servicio de urgencias pediátricas del Royo Villanova de Zaragoza, para mitigar el colapso de las urgencias que padecen los hospitales aragoneses.

La diputada del PP, Ana Marín, señala que su formación política lleva mes y medio denunciando la espera de los pacientes para ser ingresados, que en ocasiones llega a las 78 horas, y acusa al Ejecutivo de seguir "con los brazos cruzados"pese a las quejas de los profesionales sanitarios. "No sé cómo no se les cae la cara de vergüenza", afirma Marín.