Desde que se comenzó con la restauración del Palacio de la Aljafería han sido muchas las sorpresas que se han encontrado y muchos los personajes, que entre la historia y la leyenda, han permanecido vivos. Es el caso de Felipe de Gali, maestro de obras del palacio que fue juzgado, condenado y quemado por la Santa Inquisición.
Carlos Millán, de Gozarte, explica que desde época de Fernando el Católico, la familia Gali, de origen musulmán, habían sido maestros de obra. en 1526, con la conversión forzosa de los musulmanes a cristianos, los miembros de la familia Gali se bautizaron y se convirtieron en cristianos. Pasaron a ser moriscos.
Felipe de Gali continuó con el oficio de su familia y era el maestro de obra del Palacio de la Aljafería. Fue en aquella época cuando la Santa Inquisición lo acusó de esconder libros prohibidos. En el juicio, al ser preguntado por dónde los había escondido, él dijo “en un lugar en el que ni el mismo diablo los encontraría”.
En la última restauración de La Aljafería, en la techumbre de la Sala Grande del Palacio, se encontraron páginas de un Corán. No pone que era el Corán de Felipe Gari, pero como cuenta Carlos Millán, tiene sentido ya que él era el maestro de obra, quien tenía acceso y subía de forma habitual.
Historias y leyendas
Esta historia de Felipe de Gali y otras muchas de personas que van entre la leyenda y la historia real son las que cuentan Gozarte en las visitas que hacen al Palacio, como la de “Historias de Amor en la Aljafería”
Historias como las de Gaiferos y Melisendra, Felipe de Gali, el Trovador Manrique de Lara o la hermosa Leonor.