Rodrigo Lanza se ha acogido a su derecho a no contestar a las preguntas de los letrados de la Fiscalía, de la familia de la víctima y de Vox, que se personan como acusación y piden para él 25 años de prisión por un delito de asesinato por odio con ensañamiento.
La estrategia de la defensa se basa en reconocer solo el homicidio imprudente. En este sentido, Lanza ha reconocido que golpeó a la víctima, pero niega que lo hiciese por la espalda como afirman las acusaciones. Ha asegurado que cuando estaba abandonando el bar después de discutir verbalmente, Laínez le siguió con un cuchillo, objeto que solo dicen haber visto él y los testigos amigos del acusado. Lanza asegura que temió por su vida, y que actuó por miedo. De esa manera ha justificado el ensañamiento.
Lanza asegura que cuando se fue del bar no pensó que las heridas podrían causar la muerte de Laínez cuatro días después. Su declaración ha sido menos consistente al intentar justificar que no acudiese a comisaría cuando fue requerido. Finalmente, fueron agentes de la Policía los que lo detuvieron en su domicilio.