Los restaurantes, bares y supermercados aragoneses muestran preocupación por el impacto del proyecto de Ley contra el Desperdicio Alimentario aprobado ayer en el Consejo de ministros. La norma prevé multas de entre 2.001 y 60.000 euros a los establecimientos que tiren comida, pero podrán llegar hasta los 500.000 en casos muy graves.
Los negocios deberán tener un plan de prevención y la prioridad será donar los excedentes a ONGs o bancos de alimentos. En caso de no ser posible, se deberán usar para hacer conservas o para alimentación animal.
Los restaurantes no son los que más desechan
Los hosteleros creen que es necesario aclarar varios puntos de la ley contra el desperdicio que podrían chocar con la normativa de seguridad alimentaria. El responsable de Horeca Restaurantes, José María Lasheras, señala que la hostelería no es el sector qué más comida desecha. “Cada vez más clientes se llevan la comida que no consumen”, ha dicho, "eso ya lo estamos haciendo. Y además si por algo nos caracterizamos en la hostelería, es que si gestionamos bien, tenemos muy poco desperdicio”.
El proyecto de Ley a priori no contempla sanciones a los consumidores pese a que según la Unión Europea, el 40% del desperdicio se produce en los hogares. En cambio, en la restauración, el porcentaje se reduce al 15%.
El sector hostelero reclama participar en la tramitación y realizará propuestas a través de la asociación nacional que preside el aragonés José Luis Yzuel.