El esqueleto de una tortuga de 110 millones de años ha salido a la luz en el yacimiento de la Mina Santa María de Ariño. La importancia del hallazgo se debe a que se trata de los restos más completos de esta especie encontrados en Europa.
El estudio publicado por los paleontólogos de la Fundación Dinópolis y del grupo de Biología Evolutiva de la UNED documenta por primera vez la presencia simultánea de dos especies extintas de tortugas en esta localidad, pertenecientes a un linaje que ha dejado escasos restos bien conservados en el registro fósil global.
La importancia del hallazgo se debe a que el esqueleto, que está prácticamente completo, ha permitido identificar elementos anatómicos hasta ahora desconocidos sobre la tortuga Plastremys lata, una especie definida originalmente en Reino Unido, y que anteriormente solo se conocía por fragmentos de caparazones.
La investigación también amplía tanto el rango temporal, al reconocerse los restos de Ariño como los más antiguos de la especie a nivel global, como geográfico, tratándose de la primera vez que se identifica en la Península Ibérica.