El Gobierno de Aragón reducirá aforos y las reuniones serán sólo hasta seis personas
Los responsables de Sanidad del Gobierno de Aragón ultiman los detalles de la nueva normativa que darán a conocer la próxima semana y que aumentará aún más las restricciones, esta vez en todo Aragón, para frenar la transmisión del coronavirus.
El director general de Salud Pública del Gobierno de Aragón, Francisco Javier Falo, ha anunciado un "endurecimiento" de las medidas de distanciamiento social en toda la comunidad autónoma a partir de la semana que viene, como limitar a seis el número máximo de personas en reuniones sociales, en el ámbito público y privado, y reducir los aforos actuales "en prácticamente todas las actividades".
Las nuevas medidas se darán a conocer el próximo lunes y ha explicado que responden a un incremento del número de contagios de la COVID-19 en Aragón, en consonancia con el aumento en el resto del país, con afectación "en toda la comunidad autónoma" y con "muy pocas zonas por debajo de los 50 casos por 100.000 habitantes", y por eso "no tiene sentido adoptar medidas centradas en determinados territorios, sino de carácter general".
El director general ha informado de que los servicios jurídicos del Gobierno de Aragón "están buscando la mejor vía" para elaborar la normativa que recoja estas nuevas restricciones después de que "hemos tenido bastantes dificultades" para que la justicia ratificara algunas de las medidas adoptadas y "queremos que éstas tengan más éxito".
MOVILIDAD
Falo ha descartado prohibir la movilidad entre provincias porque "la incidencia está muy extendida" por toda la comunidad autónoma, si bien ha matizado que "si algo nos enseñan la pandemia es que no vamos a decir a nada rotundamente que no", aunque no es algo que se esté planteado el Gobierno de Aragón en estos momentos.
Tampoco está previsto modificar los modelos en el ámbito educativo y universitario, ha dicho, porque las medidas adoptadas "garantizan la no transmisión" de la COVID-19 y los casos que se detectan se deben a contagios que se producen "fuera" de estos ámbitos.
Sobre los confinamientos perimetrales, el director general ha indicado que es una opción que "siempre contemplamos", como una herramienta más de control "que tenemos" y que ya se ha aplicado en algún municipio de Aragón. No obstante, ha abogado por tener en cuenta no solo factores cuantitativos, sino también cualitativos, algo que es "más complejo, pero también habrá más posibilidades de éxito", ha opinado.
GRUPOS BURBUJA EN LA SOCIEDAD
El director general ha remarcado que en las relaciones sociales "es importante que trabajemos con la idea de los grupos burbuja o de convivencia" porque "cuanta menos gente nos juntemos, disminuimos la capacidad de transmisión, sobre todo cuando lo hacemos con personas con las que tenemos menos relación", ha esgrimido.
Ha aclarado que no se trata de aislarse, "sino de limitar las relaciones sociales a los convivientes más próximos", en línea con el documento que se está negociando en el Consejo Interterritorial, para remarcar que en Aragón "siempre hemos intentado mantener las actuaciones en consonancia con los acuerdos" adoptados en ese órgano.
Falo ha incidido también en la necesidad de mantener las medidas de higiene, como el lavado de manos y el uso de hidrogeles, además de mantener las distancias de seguridad y usar la mascarilla. Sobre la movilidad, ha considerado que "reducirla lo máximo posible" contribuirá a una menor transmisión de la COVID-19 porque "el virus no se mueve, se mueven las personas", ha sostenido.
El director general ha detallado que la incidencia de la última semana en Aragón ha sido de 218 casos por 100.000 habitantes, con una situación diferente a la que hubo a principios de agosto, con 300 casos por 100.000.
Además, se da un patrón diferente ya que si entonces la ciudad de Zaragoza "tiraba de la media", llegando a tener 414 casos por 100.000 habitantes, "ahora se da efecto inverso, la capital tiene menos incidencia que la media de la comunidad autónoma" de forma que "el grueso de la transmisión se está dando en el territorio, fuera de la capital", ha contado Falo. Ha añadido que esto supone que si bien "se encienden las luces de alarma de manera potente, en la medida en que la capital esté menos afectada, las capacidades de control aumentan".
El director general también ha expuesto que en julio y agosto la aparición de casos en Aragón estuvo "muy ligada" a la actividad laboral, a la recogida de la fruta, su distribución y comercialización, llegando después a Zaragoza, mientras que en la primera oleada, en marzo y abril, "la afectación estaba en centros sanitarios y centros residenciales" puesto que todo el país se encontraba en confinado y "no había prácticamente relaciones sociales más allá de las estrictamente laborales".
Falo ha precisado que en la primera oleada se detectaron fundamentalmente de casos graves, "un 10 por ciento de lo que realmente se estaba transmitiendo", algo que hay que tener en cuenta si se comparan unas cifras y otras. El director general ha manifestado, igualmente, que si Aragón, en agosto, cuando ninguna otra comunidad autónoma tenía mayor incidencia, fue capaz de controlar la transmisión en la ciudad de Zaragoza "con mucho esfuerzo, medidas de distanciamiento social e intensificación de rastreo por parte de los profesionales sanitarios", ahora, con esa experiencia, "podemos volver a situarnos en valores más favorables, si sabemos hacerlo bien".