Patrimonio

El convento de San Miguel Arcángel en la localidad turolense de Laspuñán, en la lista roja de Hispania Nostra

El convento de San Miguel Arcángel de Landruñán ha entrado en la lista roja de patrimonio de Hispania Nostra. Un monumento del siglo XV sobre el que se lleva más de cinco años alertando del deterioro que estaba sufriendo.

Lourdes Funes

Teruel | 19.12.2023 08:54

En la comarca del Bajo Aragón, en Landruñán, pedanía de Castellote, se encuentra el convento de San Miguel Árcángel. Se trata de un enclave en el que se ubicó el primer convento masculino de la Orden Servita en 1427, como indica Óscar Librado de la asociación Explorador de Proximidad. Un convento que se erigió en lo alto de una formación rocosa, en un abrigo donde se ubicaba la ermita de San Miguel Arcángel.

Librado explica cómo hace cinco años el alcalde de Landruñán ya alertó el deterioro de este enclave y que lo poco que quedaba en pie se iba a derrumbar, se comenzaron los trámites administrativos, pero resultaban complejos y en todo este tiempo, por parte de las instituciones no se ha realizado ninguna acción. Ante esta situación, desde las asociaciones “Explorador de Proximidad” y “Vecinos y Amigos de Ladruñán” se decidió comenzar un expediente de la mano de Hispania Nostra, quienes vieron oportuno incluirlo en la lista roja de patrimonio.

Una de las razones por las que es importante mantener este patrimonio y como explica Óscar Librado, es que se trata de un lugar que fue importante en la historia del Bajo Aragón, además de ser un enclave natural que no deja a nadie indiferente y sobre el que también hay leyendas. Incluso existen grutas que están cegadas y que podrían recuperarse.

Historia del Convento

Este monumental complejo conventual, hoy casi en ruinas, fue el primer cenobio que la Orden de los Siervos de María (Servitas) tuvieron en la península ibérica. Bajo el reinado de Fernando el Católico, el 1 de agosto de 1497, llegaron los primeros frailes al convento de Ladruñán, abandonándolo tras una terrible plaga de peste. En 1617, por iniciativa del arzobispo de Zaragoza Don Alonso Gregorio, tras una concienzuda rehabilitación, cuando los frailes servitas regresaron al lugar, abandonándolo definitivamente en mayo de 1727.

En el número tres de la revista Destino Aragón, Óscar Librado escribía un artículo sobre el convento de San Miguel Arcángel.