El proyecto de derribo incluye cinco edificaciones y afecta a una superficie construida de más de 8.700 metros cuadrados. El objetivo es conseguir una parcela diáfana para la construcción de una nueva infraestructura para el campus.
Su vicerrector, José Martín Albo, explicaba en una entrevista a Onda Cero que "van a ser tres espacios diferenciados: uno para investigación, con biblioteca y sala de estudios que tendrá acceso desde el exterior, otro para laboratorios y un tercero para esparcimiento y usos deportivos".
De esta manera la comunidad universitaria se prepara ya para comenzar, el 15 de septiembre, un curso "con la normalidad como protagonista".
El período de matriculación está a punto de cerrarse y de momento, titulaciones como Psicología, Magisterio de primaria e infantil y Bellas Artes ya han recibido numerosas preinscripciones. Pero para el vicerrector "lo más importante es que se mantiene la lista de espera en casi todas, lo que significa que la gente quiere venir a estudiar a Teruel".