Al final parece que han podido más las presiones de los usuarios, comercios y negocios turísticos de los pueblos del Valle de Aragón para que la estación reconsiderada su decisión de decir adiós a la temporada el 3 de abril. A pesar de que la estación anunciaba ayer que finalmente reabrirá sus instalaciones del 9 al 17 de abril, coincidiendo con la Semana Santa, el malestar sigue muy presente en el territorio ya que tal y como apunta Luis Terrén, alcalde de Villanúa, la primera decisión del centro invernal ha terminado dañando su reputación y la imagen de todo el valle.
Para Terrén, lo preocupante "de este tipo de decisiones es que generan desencanto y al final hacen que los turistas busquen destinos que ofrezcan más seguridad".
Además, una vez que termine la Semana Santa los ayuntamientos del valle del Aragón (Jaca, Castiello, Borau, Aisa, Villanúa y Canfranc) quieren sentarse con Candanchú para lograr una solución definitiva "que garantice en el largo plazo la viabilidad" de la estación de esquí, un motor de desarrollo económico y social de la zona.