Uno de los efectos positivos de la pandemia es el aumento de pobladores en muchos pueblos de la provincia, que llegan atraídos por la tranquilidad y la calidad de vida que ofrece el medio rural.
A ellos se ha sumado ahora la Cañada de Verich, en el Bajo Aragón, donde al centenar de habitantes que tenían hasta ahora han sumado una docena más y han conseguido vender casi todas las casas que había disponibles. Se han vendido unas siete desde este verano y quedaría una libre en este momento, según ha explicado el alcalde, Santiago Angosto.
El teletrabajo y las restricciones ocasionadas por la pandemia son los motivos principales de este movimiento migratorio protagonizado por personas jóvenes mayoritariamente. En el pueblo están sorprendidos y esperanzados con esta tendencia que esperan que sirva para seguir reforzando el censo municipal y si es posible, reabrir el colegio que cerró hace dos cursos por falta de niños en edad escolar.
