En la Audiencia de Huesca han comenzado las declaraciones del juicio por la muerte de la niña Naiara Briones. Su tío político, Iván Pardo, principal acusado, ha reconocido que propinó una paliza mortal a la pequeña por no saberse la lección pero asegura que nunca lo planeó y no tenía intención de acabar con su vida.
Para Pardo piden prisión permanente revisable por un delito de asesinato con alevosía, ensañamiento e indefensión de la víctima, que solo tenía 8 años cuando ocurrieron los hechos en 2017. El acusado solo ha contestado a las preguntas de la defensa y no ha habido apenas referencias a las torturas a las que sometió a la niña durante casi 5 horas y que han detallado las acusaciones. Pardo, por ejemplo, ha reconocido que obligó a Naiara a permanecer de rodillas sobre piedras de grava o que le dio descargas eléctricas con una raqueta modificada para ello. Pese a que la niña no recibió asistencia hasta varias horas después, el acusado afirma que intentó reanimarla. Por eso impidió que las primas de Naiara, a las que obligó a presenciar los hechos, llamasen a los servicios médicos.
Pardo ha tratado de exculpar a su hermano y a su madre, que también se sientan en el banquillo de los acusados por delitos de asesinato por omisión de comisión, o maltrato continuado a la pequeña. El principal acusado asegura que muchas veces sus familiares no conocían los castigos que aplicaba a las niñas y llegó a discutir con su madre porque lo consideraba demasiado estricto. Asegura que no tuvo intención de matar ni planificar la muerte de la niña.