El precio del aceite de oliva debería haber descendido un 5% por la eliminación del IVA en este producto, sin embardo el consumidor no tiene esa percepción a la hora de hacer la compra en los supermercados. Juan Carlos Palacios, miembro del consejo regulador de la denominación de origen Aceite Sierra del Moncayo explica que, en sus tiendas, tanto online como física, sí se ha percibido ese descenso. Asegura que, ciertamente, el precio respecto al año anterior es más elevado, pero el mayor problema se encuentra en que el importe ha aumentado de forma repentina, no exponencial, y los consumidores lo han notado.
La guerra de Ucrania creó una expectativa sobre la escasez del aceite de girasol y el precio se multiplicó por cuatro. Este suceso produjo que se desplazara la compra hacia el aceite de oliva. La sequía persistente unida al aumento de la demanda alteró el precio del producto. A los pocos meses, la situación se revirtió y en cifras globales, ha descendido el consumo del aceite oliva entre un 15 y 20 por ciento.
Los kilos que son necesarios para hacer un litro de aceite son cinco o cinco y medio. Juan Carlos Palacios cuenta que lo que se ha estado vendiendo hasta hace poco es un producto de altísima calidad a un precio bajo. Esta situación repercutía en el oleicultor, pero gracias el aumento del precio del aceite de oliva se ha alcanzado una remuneración razonable para el agricultor.