Los niveles de ansiedad, de miedo, depresión o de trastornos relacionados con la salud mental han aumentado en los últimos años como consecuencia de la crisis sanitaria del Covid-19. Esto se ha traducido en un aumento de ansiolíticos y antidepresivos, se calcula que un incremento en un 6% en el último año.
Estos medicamentos van con prescripción médica pero hay veces que por una creencia de estigmación social, todo lo relacionado con salud mental se convierte en tabú y los diferentes síntomas no se asocian a priori con un problema de depresión o ansiedad. Mercedes Arias, vocal de atención farmacéutica del Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza, incide en la necesidad de diferenciar estos dos términos.
Las oficinas de farmacia han comenzado una campaña con un doble objetivo, por un lado, informar de lo que supone abandonar el tratamiento para la ansiedad o la depresión, la deficiente adherencia terapéutica y los riesgos que puede tener. Y, por otro, informar de los síntomas de la depresión y ansiedad para poder identificarlos.