Un estudio genético permite anticiparse a los problemas, como malformaciones, que puede padecer un hijo que todavía está gestándose, anticiparse a las enfermedades que antes padecieron padres o abuelos para adoptar tratamientos preventivos o poner de relieve alteraciones genéticas latentes que pueden manifestarse en un futuro.
La labor de este laboratorio es esencial, porque de sus resultados dependen las decisiones clínicas que pueden resultar determinantes, tanto para los pacientes como para sus familiares. El servicio de genética del Hospital Universitario Miguel Servet es el más grande de Aragón. Realiza más de 8.000 estudios al año, entre genética molecular y genética celular.
El responsable de esta unidad, el doctor Ricardo González Tarancón, señala que, sobre todo, hay dos tipos de estudio en los que más se trabaja son los estudios relacionados con el cáncer y los que tienen que ver con trastornos de neurodesarrollo en niños son dos de los principales.