Las últimas precipitaciones en las cabeceras de los ríos implican la necesidad de extremar la máxima precaución a la hora de practicar barranquismo en la provincia de Huesca. El caudal puede cambiar de manera súbita y la fuerza del agua arrastrar piedras y ramas que modifiquen el fondo de los cañones lo que implica un peligro potencial. Aragón mantiene activo el Plan especial de Protección Civil ante fenómenos meteorológicos adversos (PROCIFEMAR), que sigue en su fase de alerta.
Desde el departamento de Interior de la DGA, recuerdan que el agua de un barranco "depende de la época del año, pero esto no es matemáticas". Más aún cuando se producen fuertes precipitaciones. La realidad es que, en un cauce encajonado, una tormenta en la cabecera hace subir el nivel del agua. En el caso de una subida repentina de caudal debemos tener previstos y localizados los escapes del barranco.
Por ello lo mejor es dejarnos guiar y preguntar cómo está el caudal del barranco que se quiere descender y no iniciar una actividad así si hay previsión de tormenta. Lo más seguro es aplazar la actividad.
Sin ir más lejos, los equipos de montaña de la Guardia Civil tuvieron que rescatar el pasado miércoles a seis barranquistas franceses, dos de ellos menores que habían quedado extraviados en una zona del río Vero. Los excursionistas dijeron que habían planificado mal la actividad y la intervención nocturna para su rescate duró cinco horas.