Imagínense que les invitan a un viaje en el que, van acompañados, pero van a formar parte de un diverso grupo con el que van a convivir durante casi dos meses. Un arquitecto y un empresario, un pintor impresionista y una empresaria teatral y su sobrino, una condesa rusa, la propietaria de una editorial de música y promotora de jóvenes talentos a la que acompaña una virtuosa violinista.
Este grupo ha sido convocado por el escritor Guillermo Bogarín y en esta aventura que parte de Paris en 1893 se van a descubrir muchos secretos. Todos ellos están presentes en “Sonó un violín en Paris”, la última novela de María Reig. Un viaje en todos los aspectos en el que se recorre algunos de los lugares más emblemáticos de la Europa de la Belle Epoque con toques de modernidad, tradición y con condicionantes que explican los grandes conflictos mundiales y que han condicionado la sociedad actual.
A través de las páginas de esta novela, Reig asegura que ha querido mostrar cómo se viajaba hace 130 años para lo que ha habido un arduo trabajo de investigación. Ya que, por un lado, ha cambiado el cómo se hacían reservas a través del telégrafo o las cartas, cómo eran las guías de viaje, las agencias o incluso los alojamientos. Ya entonces había de diferentes clases e incluso apartamentos amueblados, por lo que hay aspectos que no han cambiado tanto.
El viaje en sí es protagonista, al recorrer destinos que, aunque sigan existiendo actualmente y podamos realizar el mismo viaje, pero sus enclaves, la forma de la ciudad y muchos de los elementos han desaparecido. Por otro lado, la música es también protagonista, viene indicado en el mismo título.
Como indica María Reig, los personajes son muy diferentes entre sí y el lector ha de indagar qué le ha llevado a cada uno a emprender este viaje, como cada uno tiene un interés egoísta, más allá de la experiencia enriquecedora e inspiradora que buscaba el organizador, Guillermo Bogarín.