Se produce a petición de la empresa adjudicataria, que acredita la imposilidad de cumplir el acuerdo de 2014 por el desequilibrio económico causado, por una parte, por la detección de un nivel freático más elevado de lo previsto y por otra, por la necesaria incorporación de los restos arqueológicos del siglo XV hallados en la zona.
El proyecto reformado de la UTE adjudicataria, un espacio de ocio, gastronomía y cultura, situaba el coste de las obras de rehabilitación en casi 8 millones y medio de de euros, el doble de lo previsto en la licitación.
Una vez resuelto, el Ayuntamiento iniciará un nuevo procedimiento "ajustado a las necesidades técnicas y ambientales y con un modelo de uso y gestión viable".
El delegado de Hábitat Urbano, Turismo y Cultura, Antonio Muñoz (PSOE) asegura que se ha "hecho todo lo posible por salvar esta concesión pero ha sido inviable porque todo este procedimiento empezó mal desde el principio en el año 2014. Se hizo una licitación que se ha demostrado inviable económica y técnicamente. A partir de ahí, todos los esfuerzos se han centrado en intentar encauzarlo por parte del Ayuntamiento y de la empresa adjudicataria".
En este sentido, señala que los informes técnicos, jurídicos y económicos han dejado claro que "la única solución viable en estos momentos es la resolución e iniciar un nuevo procedimiento que se ajuste a todos los requerimientos técnicos, arqueológicos, patrimoniales y ambientales".