Según ha informado la Delegación del Gobierno en un comunicado a los medios, 827 personas y 171 vehículos salieron desde la ciudad autónoma hacia el país vecino, mientras que en sentido inverso accedieron a territorio español 318 viajeros y 134 automóviles.
Cientos de ceutíes se concentraron en las inmediaciones de las instalaciones fronterizas españolas para festejar la reapertura del trasiego fronterizo, limitado hasta el próximo 31 de mayo a nacionales o residentes de la Unión Europea o con visado de libre movimiento por el territorio Schengen. Dentro de dos semanas podrán empezar a cruzar los pasos del Tarajal y Beni Enzar los trabajadores transfronterizos "legalmente reconocidos como tales".
La delegada del Gobierno en Ceuta, Salvadora Mateos, y los mandos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en Ceuta revisaron el estado de la parte española de la frontera, todavía en obras, minutos antes de la retirada de las verjas.
La Policía Nacional ha implantado un control "potente", según lo ha descrito su jefe superior en la ciudad, reforzado con efectivos de la Brigada de Respuesta a la Inmigración Clandestina (BRIC) y la Unidad de Intervención Policial para garantizar una revisión "exhaustiva" de los documentos de todas las personas que entren o salgan de Ceuta en esta reapertura "gradual" en la que no estará permitido el cruce con "ninguna" mercancía.
La Delegación del Gobierno prevé acometer en junio la instalación de los sistemas de "frontera inteligente" que facilitarán la utilización de herramientas biométricas de control sobre los viajeros.
Además, Sanidad Exterior también exige a quienes quien entrar en Ceuta un certificación de vacunación completa contra la enfermedad del coronavirus (como Marruecos, que negó el acceso a varias personas por carecer de él), una prueba negativa de la COVID-19 (una PCR de las últimas 72 horas o un test de antígenos de no más de 24) o un certificado de curación.