Lo que más indigna en el Betis - imagen de ello fueron las protestas de desesperación de Canales en el tramo final del partido -, es la estadística que conjuga faltas y tarjetas de cada equipo. El Celta hizo 26 faltas, el Betis cometió sólo tres. Los celestes vieron cuatro tarjetas amarillas, mientras que los verdiblancos fueron amonestados con tres tarjetas amarillas y una roja.
La acción del claro penalti de Fran Beltran - que golpeó el balón con la mano en posición antinatural - no fue considerada como infracción por Soto Grado, que argumentaba a los jugadores que tenía la mano apoyada en el suelo. Era la otra mano la que tenía sobre el césped y Hernández Hernández no quiso revisar la acción desde el VAR.
Sí lo hizo antes para llamar la atención de Soto tras mostrarle amarilla a Luiz Felipe y propiciar el cambio al color rojo. Pellegrini comentó que "venía un jugador cerrando, no había ninguna razón para que fuera roja, pero esta vez el VAR sí intervino. El árbitro estimó que era amarilla. El VAR manda más que el árbitro".