El croata sevillano, el costalero de Pino Montano se fue llorando y asegurando que seguirá "durmiendo a mis hijas con marchas de Semana Santa". Iván Rakitic explicó que "nunca pude imaginar que este chico croata nacido en Suiza iba a tener su casa en Sevilla. Fue un orgullo vestir esta camiseta, ver aquí estas copas, a mis amigos, a mi familia. Estoy muy agradecido. Esto no es un club de fútbol ni una ciudad, es mi corazón. Soy el mismo desde que llegué, un hombre que puede decir con orgullo que ha estado en el club más grande. Me quedo con muchos momentos de haber podido estar con mi mujer y mis hijas en el césped. Ha sido nuestra segunda casa y estos son momentos que me van a quedar toda la vida. Me duele irme. No ha sido fácil contárselo a mi mujer, pero somos los dos igual de sevillistas y por eso nos va a ir bien. Creo que puedo ayudar dando un paso al lado. La prioridad absoluta es lo que necesita el club y ahí está por encima todo lo que yo pueda pensar. Por eso he decidido dar este paso". Y el paso lo da porque "me di cuenta de que la idea del entrenador no era la misma que la mía. Y yo no podía estar en el banquillo. Porque yo quería ayudar desde el cesped y también porque no me habría permitido cobrar estando ahí sentado".