El técnico del Sevilla recordó que "no se le ganaba al Barcelona desde hace diez años. Se cortaron un montón de cosas negativas. Hubo entrega, lucha, amor propio... Teniendo en cuenta el rival, creo que hicimos un partido muy bueno, pero me quedo con la entrega, con la interpretación de los futbolistas y con la alegría general que ocasionó ganar este partido, en el público y en el vestuario. Estudiamos bien al rival y salió lo que habíamos entrenado. Había que sacrificarse bastante, no darles ni un metro, y luego había que tomar el riesgo de jugar, sabiendo que es uno de los rivales que mejor presiona. Tuvimos una estrategia para frenar esa presión y por momentos lo logramos".
Almeyda admitió que "nadie pensaba que ibamos a ganarle al Barcelona. Contra este rival había que hacer un partido perfecto, porque cuando te descuidas un segundo, te lastiman. Fue un buen partido por nuestra parte, muy bueno. Con esta actitud y estas ganas se van a conseguir cosas importantes. Lo más difícil es mantenerlo".
Por otro lado, el vestuario esataba exultante, especialmente los cuatro goleadores. Carmona afirmó que "es uno de los días más felices de mi vida. Hemos merecido ganar de principio a fin". El visueño explicó en los micrófonos de Movistar+ que “la entrega no se negocia" y que ese es el "ADN del equipo". "El partido lo ganamos todos. Es un día increíble y estoy contentísimo", dijo el lateral sevillano, quien explicó que en su gol "llegaba muerto. Le pegué con el alma, con lo poco que me quedaba", aseguró.

