En Más de Uno Sevilla hemos hablado hoy del aumento de las quejas por el uso de petardos y otros artefactos pirotécnicos durante las Navidades. Está comprobado cómo afectan negativamente a personas que padecen TDA o ancianos, enfermos, también las mascotas se ven muy perjudicadas por el ruido excesivo de estos días. Hemos hablado con Jesús García, delegado en Sevilla de la Asociación Española de Consumidores (ASESCON) quién nos ha contado que en esta primera celebración de la Navidad, es decir, en Nochebuena y Navidad han sido recibidas varias decenas de quejas referentes a las molestias ocasionadas por el ruido de cohetes y petardos. En este sentido, la utilización de cohetes y petardos sobre todo en estos días navideños suponen un perjuicio desde el punto de vista de las molestias que provocan por los excesos de ruido.
Los principales efectos de la pirotecnia en las mascotas son taquicardia, temblores, falta de aire, náuseas, aturdimiento, sensación de irrealidad, pérdida de control y, en algunos casos, la muerte. De hecho, en Navidad es la época del año donde mayor número de consultas hay a los servicios veterinarios. Por otro lado, los petardos y la pirotecnia sonora pueden resultar especialmente molestos para las personas con TEA hipersensibles al ruido, provocándoles irritabilidad, nerviosismo, miedo o ansiedad. Incluso algunas de ellas sienten la necesidad de huir y buscar un sitio tranquilo y seguro. También se producen actuaciones molestas por el uso de estos productos cuando hay personas mayores o enfermos que ven alterado su descanso.
Ante esta situación, desde la Asociación Española de Consumidores hacen una propuesta que permitiría el uso de este tipo de productos sin tener que prohibirlos tal y como empiezan a hacer algunos Ayuntamientos. En concreto proponen que para el año que viene que se habiliten en las ciudades y pueblos espacios en los que se puedan utilizar, alejados de núcleos urbanos y con la supervisión en cuanto a su uso. Con ello se estaría evitando las molestias en gran medida a los animales y a las personas y además esto permitiría un control por parte de las Administraciones en cuanto a un correcto uso de este tipo de productos, utilizados en la mayoría de casos por menores de edad. De esta forma, se aseguraría la presencia de mayores de edad supervisando el uso de cohetes y petardos por menores de edad, cuestión que no se da en la mayoría de casos.