El jurado declara probado que el joyero Francisco Cintado falleció finalmente por una suma de la "asfixia posicional" derivada de su amordazamiento e inmovilización "boca abajo y atado" para el robo y la "brutalidad de los golpes" recibidos, que le provocaron incluso una conmoción cerebral, después de que los autores de los hechos le abocasen a esta "muerte por asfixia" y de que fuese "abandonado" dentro de la joyería, boca abajo, inconsciente, "atado, amordazado" y sin capacidad para recuperarse de la situación.
El jurado ha declarado por unanimidad que G.S. es culpable de la detención ilegal de la víctima y de "darle muerte aumentando su sufrimiento" para ello. En el caso de I.I., ha declarado probado, por unanimidad, que era "plenamente consciente" de que el robo en el que participaba sería cometido mediante la detención ilegal de la víctima y "grave violencia", pues sabía de las bridas y la cinta americana transportadas para ello, aunque según el jurado no era consciente de que los hechos derivarían en la muerte del joyero.
Frente a ello, la Fiscalía ha mantenido respecto a G.S. su petición de 33 años de cárcel por un delito de asesinato y otro de detención ilegal como medio para la perpetración del robo, mientras que para I.I., la pena solicitada ha sido rebajada de 33 años de prisión a 20. Las defensas de los acusados, de su lado, han pedido "la pena mínima" que sea posible por los hechos declarados como probados.