Como lleva realizando desde hace un año, José va a las playas marbellíes equipado con su detector y una pala. El primero le permite encontrar los objetos, guiándose por el sonido que emite a través de los cascos y la numeración que indica el tipo de objeto que se oculta. Para desenterrar el posible tesoro, hace uso de la segunda herramienta que completa su equipo de trabajo. Es importante elegir el momento del día para evitar el calor, así como a los más curiosos. Podremos ver a estos cazadores de metales a primera hora de la mañana o al final de la tarde
Antes se podía vivir de ello
Con la peseta eran muchas las personas que podían vivir de esta actividad, convirtiéndose, incluso, en un trabajo formal. Lo que ganaban con aquello que encontraban podía equipararse a un sueldo. Hoy en día, con el cambio de moneda, esto ya no es posible, sino que lo hacen solo por afición y entretenimiento, no como un trabajo. Nos lo confirma José, dado que el único tesoro más valioso que ha encontrado hasta ahora fue un anillo de oro. El resto de sus hallazgos han sido, en su mayoría, unas cuantas monedas