Si la previsión no falla, alrededor del mediodía nos llevaremos una pequeña alegría: empezará a llover. Lo haría un par de horas, haciendo caso al mismo pronóstico.
De hacerlo, y de seguir cumpliéndose lo que la meteorología apunta para estos próximos días, tendríamos una segunda pequeña alegría: el límite se alargaría un mes; tendríamos abastecimiento de agua asegurado hasta abril de 2024. Y lo decimos más bien con la boca pequeña, así, como para que lo oigan pero tampoco mucho, que enseguida lanzamos las campanas al vuelo y nos volvemos a despreocupar.
“¡Otra vez con lo mismo!” pensarán. Pues sí. Y las que haga falta. Aunque parece que estamos aprendiendo. Los datos compartidos con estos micrófonos dicen que, aunque queda todavía, el objetivo está más cerca.
Y advierten en Acosol: la concienciación ciudadana sigue siendo vital, entre otras cosas porque hay escenarios en los que no queda más remedio que fiarlo a que el vecino sea responsable. Quizá haya que mirarlo para un futuro próximo: que dejen de existir grifos comunes en las casas con jardines, para que llegado un escenario como el de ahora, se pueda cortar esa agua que es, digamos, más prescindible.
No parece tan difícil.