Bajos los pies de los clientes que visiten este espacio, se erigen los restos de la antigua muralla de la ciudad de Málaga que servía de defensa y de límite fronterizo, y a la vez como la puerta de entrada de visitantes de todos los lugares del mundo, y por lo tanto de influencias culinarias, así como de todo tipo de mercancías, alimentos, víveres y especies, traídas desde lejos y que conforman y dan soporte a su gastronomía. Un paseo por el tiempo que recoge las recetas típicas de cada época recogida en los muros de nuestra muralla. Testigos del tiempo y de los fogones más tradicionales con una elaboración exquisita y delicada, una propuesta en la que el sabor traslada a la mente a través del gusto más sofisticado.
Esta es la carta de presentación de Entremuros, un lugar donde deambular por el tiempo, no solo por los vestigios arqueológicos, sino porque su carta la componen recetas de antaño, sabores clásicos y tradicionales que combinan con las más contemporáneas innovaciones. Uno de los mejores ejemplos son sus "espetos" de sardina; un trampantojo a la vista pero no al sabor en el que el cliente puede degustar todos los sabores propios del mar. La materia prima y los productos de kilómetro 0 son los protagonistas de todas las creaciones, en las que siempre hay guiños a Málaga, como a su salchichón, su ajoblanco o sus "croquetones".
Además, destaca por sus labores solidarias, como la celebración de “Sabores de la Memoria”, una iniciativa que tiene como principal objetivo la difusión y exaltación de la rica tradición culinaria malagueña, a través de la elaboración de las recetas más emblemáticas de la región, en la que nuestros mayores son los principales protagonistas.