Desde el comienzo del partido se pudo comprobar que el equipo dirigido por Manuel Pellegrini deseaba hacerse con los tres puntos. A los dos minutos, el Rácing se quedó diezmado como consecuencia de la expulsión de Francis. El lateral cántabro cometió penalti sobre Rondón y el árbitro no dudó en mandarlo a la caseta. La pena máxima no fue aprovechada por Cazorla que se topó con el cancerbero Mario, el mejor de su equipo hasta que tuvo que abandonar el campo por lesión poco después del comienzo del segundo periodo.
El error en la pena máxima no provocó un bajón entre los locales. La presión cerca del área rival continuó asfixiando a los jugadores visitantes cuya resistencia se desmoronó en el minuto 22 con el golazo de Isco. Para entonces, las ocasiones se sucedieron en la portería de Mario. Sólo era cuestión de tiempo y al descanso el resultado de 1 - 0 no reflejaba lo sucedido sobre el terreno de juego.
En la segunda mitad el Málaga saltó con menos ritmo en su juego pero con la intención de sentenciar cuanto antes la contienda. El Rácing era inoperante y su único objetivo se centraba en evitar la goleada. Cazorla y Van Nistelrooy lograron los tantos que cerraban el marcador que aún pudo ser más amplio si los delanteros malaguistas hubieran tenido más acierto en sus intentos.
Al Málaga le toca ahora defender la tercera plaza en una semana que arroja otros dos partidos. El primero será este jueves en el campo de El Madrigal ante el Villarreal en el reencuento de Pellegrini y Cazorla con su ex equipo y, finalmente, el domingo tendrá lugar el segundo en La Rosaleda contra la Real Sociedad.