Desde entonces, el consumo de este tipo de biomasa se acerca hasta los 1,12 millones de kilos, que han generado unos 5.371 MWh.
Esto se traduce en que, al haber empleado hueso de aceituna en lugar del gasóleo tradicional se han dejado de emitir un total de 1.574 toneladas de CO2 a la atmósfera: el equivalente a la contaminación que generan más de 274.000 coches en un día de circulación y la capacidad que tienen de absorción hasta 80 millones de árboles.
Esta apuesta por la biomasa del Tío de las Papas se produjo tras unas conversaciones con un grupo de jóvenes especializados en este tipo de combustibles. Los estudios que realizaron en su día en las instalaciones del Polígono de Sierra de Yeguas, haciendo pruebas con una de las freidoras, arrojaron resultados muy positivos: demostraron que los quemadores podían mantener una temperatura estable y no mermaba la calidad de aceite y, por lo tanto, de las patatas fritas que se elaboran.
Buscando el menor impacto medioambiental
El uso del hueso de aceitunas como combustible no es la única medida que se tomó en su día en la empresa para reducir la huella ecológica de sus productos, ya que el pasado verano se instalaron 50 placas fotovoltaicas para la generación de energía eléctrica, en la cubierta de la nave que el Tío de la Papas tiene en el municipio de Sierra de Yeguas.
“Esta es una apuesta de nuestra empresa por poner nuestro grano de arena en el cuidado del medio ambiente; esto es cosa de todos y en esta empresa estamos muy concienciados en ello”, señala el gerente de El Tío de las Papas, Manolo Conde.