Sólo tres días después de la primera contienda entre el Málaga y el Barcelona, ambos equipos se volvían a ver pero en este caso en Copa y en el feudo de un conjunto al que se califica de otro planeta. En las horas previas al encuentro liguero, en el seno del equipo catalán se respetaba y mucho a la escuadra de Pellegrini pero el 1 - 3 final quizás no plasmó ese sentir para los que lo siguieron ajenos a lo que se cocía. A domicilio, y con un equipo con bastantes jugadores no habituales, el técnico chileno del Málaga certificó el porqué del respeto a su estilo de juego y a lo que está realizando junto a sus jugadores.
Con el ambiente festivo de los balones de oro de Messi en el césped -el argentino ofreció el último a su afición-, el Málaga se vio como el invitado incómodo. Los primeros minutos fueron un enorme sufrimiento por las acometidas hacia la portería defendida por Kameni pero, afortunadamente, los errores de Alexis en los remates a puerta valían para que el empate sin goles continuara en el marcador. Para sorpresa de todos, Iturra se encargó de adelantar al conjunto albiceleste al robar la pelota a un soprendido Thiago y, a continuación, superar a Pinto para adelantar al Málaga. La alegría duró poco al aceptar Messi un regalo de Weligton y establecer el empate, sólo habían pasado tres minutos desde el tanto de Iturra. Para empeorar la situación, Puyol remató de cabeza un saque de esquina que significó el 2 - 1 sólo un minuto después del tanto del astro argentino. Corría la media hora de encuentro y los peores temores se cernían sobre el Málaga que, pese a todo, fue capaz de llegar con este panorama al descanso y con un aviso de Buonanotte al lanzar el esférico alto por poco del marco rival.
En la segunda parte la lección de juego y táctica la pusieron los futbolistas malaguistas y su técnico a la cabeza. El Barcelona perdió la posesión de balón abrumadora vista en el primer acto (80% frente al 20%) para ahogarse en la salida desde su área por la presión adelantada ordenada por Pellegrini. Kameni, portero malaguista, intervino una vez tan solo aunque de forma acrobática a tiro de Messi, eran los primeros compases tras la reanudación y a partir de ahí el balón era llevado con más frecuencia al área de Pinto. El portero azulgrana evitó el empate con una gran parada a lanzamiento de Seba y poco antes en un disparo de Eliseu.
Tito, inquieto con lo que veía, movió ficha desde el banquillo local y dio entrada a Cesc y Pedro. Un minuto después (73') llegó la expulsión de Monreal en un forcejeo con Pedro al que derribó, lo que no amilanó al Málaga que en el último instante estableció el empate a dos goles definitivo cuando Camacho, redimido de su error de tres días atrás contra este mismo rival, superó a Pinto para empatar y dejar la eliminatoria por decidir el jueves próximo en La Rosaleda (22:00 horas).