Un equipo multidisciplinar liderado por investigadores del grupo Hepatogastroenterología, Farmacología y Terapéutica Clínica Traslacional del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA Plataforma BIONAND), el Hospital Universitario Virgen de la Victoria (HUVV), la Universidad de Málaga (UMA) y el CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBERehd) ha estudiado como la estrecha relación entre el intestino y el hígado podría estar detrás de la progresión de ciertas enfermedades hepáticas.
Publicado en la prestigiosa revista British Journal of Pharmacology, el estudio sugiere que algunos mecanismos inmunológicos y de disfunción intestinal podrían ser compartidos entre diferentes tipos de daño hepático, como el inducido por fármacos, la hepatitis autoinmune o la hepatitis viral. Esta aproximación podría contribuir en el futuro a entender mejor la evolución de estas enfermedades y a explorar nuevas terapias más efectivas y dirigidas.
El intestino, un actor relevante en la salud del hígado
Las enfermedades del hígado -como el daño hepático por fármacos (DILI) y las enfermedades hepáticas relacionadas con el metabolismo (MASLD)- afectan a millones de personas en todo el mundo y representan un importante problema de salud pública. Son enfermedades a menudo difíciles de diagnosticar y tratar, porque sus causas son diversas y sus mecanismos poco comprendidos. En los últimos años, ha cobrado fuerza la idea de que la estrecha conexión entre el intestino y el hígado -que comparten un intenso flujo sanguíneo- podría desempeñar un papel clave en estas enfermedades, al facilitar una comunicación constante entre ambos órganos, con repercusión en su salud y funcionamiento.
El nuevo estudio analizó muestras de sangre de más de 150 personas, incluyendo pacientes con distintos tipos de daño hepático y voluntarios sanos. Los investigadores encontraron niveles elevados de marcadores relacionados con inflamación y disfunción de la barrera intestinal, lo que sugiere que ciertos productos bacterianos procedentes de la microbiota intestinal pueden atravesar la barrera intestinal alterada y alcanzar el hígado, donde actuarían como "detonantes" que despiertan o agravan respuestas inmunes adversas, favoreciendo la inflamación y el daño hepático.
Marcadores con potencial clínico
“Estos resultados ofrecen una comprensión más profunda de la influencia del intestino y el sistema inmune en el daño hepático. Entender mejor estos procesos es la base para diseñar futuros tratamientos dirigidos al eje intestino-hígado que ayuden a controlar la inflamación y la fibrosis en los pacientes afectados”, explican Daniel E. Di Zeo-Sánchez, Camilla Stephens y Marina Villanueva, autores principales del estudio.
Entre los biomarcadores analizados, algunos podrían ser útiles en la monitorización de la enfermedad o como indicadores de su gravedad, como las proteínas MCSF-1R o CD163. Además, el estudio destaca el papel de los macrófagos -células clave del sistema inmunitario- en la respuesta inflamatoria hepática. Aunque el trabajo no propone tratamientos concretos, apunta hacia posibles estrategias innovadoras, como el uso de fármacos dirigidos a células inmunes específicas o intervenciones que mejoren la integridad de la barrera intestinal.
Un trabajo con sello malagueño y proyección global
Este avance ha sido posible gracias a la colaboración entre IBIMA Plataforma BIONAND, la UMA, el Hospital Universitario Virgen de la Victoria y el CIBERehd. M. Isabel Lucena y Raúl J. Andrade -quien también ocupa el cargo de vicedirector científico en el instituto- lideran esta línea de investigación, que cuenta con el respaldo de fondos europeos y nacionales (HORIZON-HLTH, ISCIII y FEDER). La participación de los hepatólogos José M. Pinazo y Miren García-Cortés del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Virgen de la Victoria ha sido clave para el reclutamiento y la caracterización clínica de los pacientes, asegurando la solidez del estudio.
“Estos hallazgos aportan una visión integradora de distintos tipos de daño hepático, arrojando luz sobre sus mecanismos de aparición y progresión”, señala el vicedirector científico de la institución, Raúl Andrade. “Aunque se necesitan más estudios para confirmar su utilidad clínica, abren una vía prometedora para ampliar el conocimiento y mejorar el manejo de estas enfermedades de gran importancia para la salud de millones de pacientes”.

