Virginia Calvo nos recibe en la Casa de los Giants, la sede del único club de esports de Andalucía y uno de los más importantes de España y de Europa y a su vez un centro de reunión para sus aficionados. Al principio, asegura Virginia Calvo, que "todo era amateur hasta que hace siete u ocho años empezaron a entrar ingresos, el apoyo de las marcas que apostaron por ello". Ella y su marido, José Ramón Díaz, ambos propietarios de Giants, se fijaron en el mundo de los videojuegos por su otra empresa, Atlas Informática. "Gran parte de mi trabajo es explicar a nivel institucional y corporativo qué hacemos en esta industria y cómo llegamos a través del entretenimiento a la generación Zeta". Su red de jugadores y creadores supera los 30 millones de seguidores en redes sociales.
"Hemos hecho competiciones específicas femeninas para dar visibilidad, delante de un mando no hay género", destaca la propietaria de Giants, quien advierte que "son muy pocas las niñas que juegan a videojuegos, por eso me empeño en ello. Fomenta una serie de características personales y profesionales muy beneficiosas". "Hay muy pocas mujeres en el competitivo, solo un 2%, hay mucho por hacer. Hacen faltas canales seguro para que jueguen sin temor a ser acosadas", afirma la propietaria de Giants.
Destaca Virginia Calvo, que "por nuestra generación, tenemos el recuerdo vago de jugar a los videojuegos relacionado con los inadaptados y frikis, pero todo eso ha cambiado muchísimo, no tiene nada que ver, aunque mantenemos el prejuicio y con eso nos enfrentamos al ocio de nuestros hijos". Sin embargo, apunta la propietaria de Giants que "debemos sentarnos con ellos para ver por qué les gusta tanto los videojuegos o los creadores de contenidos. Y guiarlos a lo que más les convenga".
En torno a los 25 trabajadores y en pleno crecimiento, esta compañía busca desde Málaga el crecimiento de la industria y trascender para crear valor real, porque tiene claro Virginia que el mundo de los videojuegos va "hasta el infinito".
